“La vida no es fácil” ¿Cuántas veces hemos escuchado esa
frase? ¿Cuántos de nosotros nos hemos detenido a pensar en ello? Creo que son
muy pocos quienes lo han hecho. Yo me incluyo en el grupo de los que viven su
vida día a día, a aquellos que nos dejamos llevar por la rutina.
¡Para! Llega un momento en nuestra existencia en el que
tenemos la certeza de estar en el lugar correcto, pero ¿qué estamos haciendo?
Las cosas se ponen difíciles. Tu familia y amigos están a un
mar de distancia aunque, en tu mente, siempre los tengas presentes. Conoces
gente nueva, haces amistades y poco a poco te vas alejando de las personas
“tóxicas”. De pronto miras alrededor y te das cuenta de que con una sola mano
puedes contar, y te sobran dedos, a quienes están allí para apoyarte, a quienes
están allí para ayudarte a sacudirte la tierra cuando caes al piso de rodillas.
¡Respira! Estás rodeado de gente que lo único que quiere es
causarte daño, de gente que buscará alejarte de esos a quienes aprecias, de
gente que te vigila, de gente que solo tiene malos ojos para ti. Te sientes
encerrado, agobiado, no encuentras esa luz al final del túnel. Todo está en tu
contra. Quieres dejar de luchar.
¡Para y respira! Cuenta hasta 10, 100, 1.000… cuenta hasta
que te calmes.
¡Cierra los ojos, respira y concéntrate en poner la mente en
blanco! Abres los ojos de nuevo y miras a tu alrededor con una mayor
perspectiva. Ahora no solo ves ojos que transmiten odio, sino que puedes ver a
aquellos que sonríen en silencio cuando estás cerca. Te das cuenta de aquellas
miradas que desnudan tu alma y les gusta lo que ven. Te aprecian, te apoyan.
La vida no es fácil. Si fuese así, todos saldríamos vivos de
ella. Lo importante no es solo llegar a la meta; algunas veces encontrar la
felicidad en el camino que recorres, es lo que verdaderamente importa.
¡No tires la toalla! Lucha por lo que quieres, aun cuando te
sientas solo porque, la mayor parte del tiempo, no tienes la oportunidad de
mirar a tu alrededor y notar que hay quienes sí se alegran por tus triunfos.
¡No estás solo! ¡Respira!
No hay comentarios:
Publicar un comentario